Diagnóstico Lüscher
Los colores de la naturaleza tienen una gran influencia en el hombre tanto
física como psicológica, y esta influencia inevitablemente impacta al ser
humano. El rechazo o la aceptación de un color determinado significa algo
claro en cuanto al estado glandular, el estado mental y el emocional, o bien
todos a la vez.
Los colores naturales nos han creado asociaciones inconscientes con los
estados de ánimo, por ejemplo, el amarillo se asocia con el color del día claro y
por ello nos produce un estado emocional de esperanza y actividad, mientras
que el azul oscuro nos produce una sensación de relajamiento y pasividad al
estar vinculado con la noche y el descanso.
Así como los colores nos provocan estados emocionales y mentales, también
nuestras glándulas reaccionan ante ellos, por ejemplo, el rojo nos eleva la
presión sanguínea y acelera el ritmo cardiaco y respiratorio, es decir, es un
color “excitante”. El azul, por el contrario, es “sedante”, pues la presión
sanguínea baja al igual que el ritmo cardiaco y respiratorio. Así pues, los
colores influyen de manera directa en el sistema nervioso y por ello nuestras
glándulas responden a los colores.

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